Saturday, May 23, 2009

Historias de Bondi.

Originalmente escrito el 01/09/08


El otro día (ayer o antes de ayer) estaba en el bondi (107) yendo para la facu, y a mi lado venía sentada una viejita muuuuy viejita que miraba por la ventana asi como perdidamente. Cuestión que yo venía con mi iPod asique no le di mucha bola, pero cuando entramos a Ciudad Universitaria me toca el hombro y yo pongo PAUSA y la viejita me dice:

- "Señorita, ¿Sería tan amable de decirme en donde estamos?"

- "Estamos en Ciudad Universitaria, una de las sedes de la UBA, en el barrio de Nuñez", a lo que pregunta:

- "Ahhh, ¿Entonces seguimos adenrto de capital? ¿No estamos en provincia ya?

- "No, no señora" - (Pensando, que vieja perdida ajaj)

- "Ah.. claro lo que pasa es que yo estaba caminando, y de repente me dije: el primer colectivo que pase me lo tomo y hago todo el recorrido, asi paseo un poco por la ciudad, porque claro, imaginate que yo ya estoy vieja para caminar tanto, pero si no aprovecho a salir un poco ahora..." - Con mirada melancólica - "Cuando seas vieja me vas a entender..."

Entonces yo le explico que el recorrido termina acá, en el último pabellón, y que después si cruza la calle estan las paradas de todos los colectivos que salen de ciudad, incluyendo la del 107 (Se lo dije porque sentí que sino la pobre viejita se tomaba el 28 que sube por la autopista y vaya a saber uno donde terminaba!). Acto seguido, y con carita de contenta,

- "¡Muchas gracias! No sabés lo feo que es saber que uno tiene que hacer pronto todo lo que pueda, y que hay muchísimas cosas que uno nunca va a poder hacer. Yo tengo 84 años ya." - (Mi cara alberga sorpresa, porque la viejita tenia pinta de viejita pero no de TAN viejita) - "Y claro, estoy un poco preocupada. Igual espero que todavía me queden unos años, imaginate, mi mamita falleció cuando cumplía 92!" - (Mi cara de sorpresa aumento unos cuantos niveles).

Para ese entonces ya estábamos en el pabellón 3, y yo me tenía que bajar (Me salteé mi bajada porque la viejita me mantuvo distraída y despues tuve que correr hasta el pabellon 2), y como me había caído muy simpática, la saludé con un,

- "¡Chau señora! Que tenga un lindo paseo, si baja aca puede cruzar aca mismo para tomarse el 107 de vuelta."

- "¡Muchas gracias! ¡Y que suerte tenés de ser tan joven, y estudiar aca!.. ¡Que lindo, disfrutalo corazón!" - (Y me agarró los cachetes como hacen las viejitas).

Me paro para tocar el timbre y bajar, y le sonrío diciendo

- "¡Chau, suerte!"

Y justo un instante antes de que tocara el primer escalón del colectivo, apenas la escucho que me dice:

- "Ay nena nena... yo no me quiero morir..."

Y con esa frase me dejo pensando todo el día la viejita.

2 comments:

Agustin Caniglia said...

Ésa es una historia que deja a todos pensando un rato largo. Una experiencia bastante extraña. La viejita tenía muchas ganas de vivir. Quizás porque no hizo muchas cosas a lo largo de su vida, o porque hizo muchas y no lo puede dejar.
Muy linda la historia

sofia laffaye said...

HERMOSO!