Monday, April 9, 2012

Ni te me acerques si no me vas a Amar con Locura.

Quizás el error haya sido nunca haber aprendido a extrañar con calma. A amar sin morir de pasión. A abandonar las esperanzas.

No entiendo porque me lastima tanto llevar cosas adentro. Como si cada pensamiento me pesara, ocupara un espacio. Tengo que sacarlo del alguna manera. Tengo esa maldita costumbre de sacar, y sacar. Y no sé bien qué hacer cuando no puedo sacar, cuando ni siquiera entiendo lo que tengo adentro. Me duele la panza, y siento la necesidad de vomitar palabras, ideas.
Me gustaría poder pedirle a la gente que no me decepcione, que no me abandone. Poder advertirlos, al instante de conocerlos, de mi sensibilidad. De mi amor loco.
No me arrepiento de nada, pero ¡qué difìciles son los recuerdos! Qué rara la sensaciòn de que cuanto más fuerte los empuje, menos van a salirse.
Qué horrible saber que lo que pasa en mi cabeza no es lo que pasa en la realidad. Quisiera que ambos mundos se encontran. En cualquier lado. Que se cruzaran y se alinearan.

Crecer, hasta ser tanto más grande que vos y que yo y que todo.

Correr e irme de aca, salir gritando, gritando mi pasado y mi presente y dejarte ir con el viento y con mis gritos...

Sunday, April 1, 2012

Para Paul.

A veces uno encuentra una amistad en donde jamás lo hubiese sospechado.
Ese es tu caso.

Nunca nadie como vos había significado tanto para mí. Ahora mismo, queriendo escribirte, se me llena el corazón de recuerdos y de tristeza. Porque sé que deberías estar acá, a mi lado, como siempre que me siento en ésta silla. Sé que algo me falta y que nunca va a volver a estar.
Espero que me hayas entendido, al menos alguna vez, cuando te decía que te amaba. Espero que algo haya llegado a tu cabecita. Espero siempre haberte dado todo mi cariño. Haber retribuido un poco de todo lo que me diste a mí.

Cuanto más lo pienso, no hay persona que haya estado siempre para mí. No hay persona que me haya sido tan fiel, que me haya esperado todos los días con besos y mimos. No hay persona que se diera cuenta de mi tristeza tan rápidamente y viniera a mostrar su apoyo sentándose a mi lado.
Fuiste mi compañía en mis peores momentos. Lo fuiste también en mis alegrías. Me viste llorar y gritar y saltar y reír y cantar. Nunca me juzgaste, quizás porque no podías y quizás eso te hiciera fantástico. Nunca me traicionaste como muchos me advirtieron que lo harías. Estuviste a mi lado siempre y perdonaste todos los momentos en que yo te fallé, en que no te di la atención suficiente, la que merecías.
Te acostumbraste a mí, cambiaste por mi. Perdiste tus miedos por mí. Hiciste de mi casa sola y blanca un hogar. Ya no era yo, éramos los dos.
Siempre te escuchaba del otro lado de la puerta cuando me faltaban sólo unos metros para llegar, ansioso de verme como jamás nadie lo había estado. Encontré en vos ese amor que no cambia y no termina, ese amor que no supe encontrar en las personas.

Me duele pensar, una vez más, que todo lo que amo me abandona. Nunca se me había ocurrido pensar que vos también tendrías que partir. Tan pronto...
Sólo deseo que hayas sido feliz, que tu tiempo conmigo haya destruido todas las oscuridades con las que llegaste.
Nunca voy a olvidarte, ni siquiera las imágenes del primer día en el subte, cuando todo lo que eras me entraba en una sola mano. Y ahora me llena por entero el querer.
Nunca ésta Soledad olvidará lo que fue tu Compañía.

Te amo Paul.