Friday, March 19, 2010

Para Todos, Para Nadie.


A veces me canso de tanta Historia. Me gustaría ser más libre. Poder mandar todo a la mierda cuando así lo sienta, sin autojuzgarme, sin revivir todo en mi cabeza y preguntarme ¿Te parece?

Es horrible el miedo de perder a alguien. Crea una dependencia. L.F. así lo dijo, y aunque en el momento lo negué, es real: dependencia amorosa. A mis ojos, la misma no fortalece una relación, sino que la debilita. Me refiero, en un ejemplo exagerado, a que si me obligo a mantener algo sólo por su pasado, sólo por el miedo de morir sin ese algo, no estoy manteniéndolo por deseo a la cosa misma. No amo su presencia, más bien temo su ausencia. Y ojo, que no es lo mismo.

No voy a negar una cosa: definitivamente no soy la mejor en cuestiones humanas. Suelo enojarme bastante, y gritar. Y sufro, sufro mucho. Es decir, soy sensible. Una frase, una mirada, un dejo de indiferencia ya me remontan a todas las catástrofes sentimentales pasadas. Pero, ¿Acaso es mi culpa amar con locura? El Amor es mi pasión, el motor de mi vida. Sin Amor no existe nada, sin Amor no existo YO. Y puede que, equivocada, espere igual retribución.

Aclaro: no espero un personaje de Shakespeare, alguien que se desviva por mi presencia. O quizás sí... Pero lo que busco es quien me comprenda. Si mi reacción ante un hecho es llorar, no me preguntes por qué te hago eso. No te estoy haciendo nada a vos, soy yo. Soy así, siempre lo fui. Me cuesta respirar. En el momento creo que voy a morir. Y después se me pasa, porque como una sabia amiga del pasado lleva tatuado en la espalda, “Todo Pasa”.

No me alejes, no me veas como una loca depresiva. ¿Sabés qué? También los momentos felices los vivo con extrema intensidad.

Estoy segura de que nadie, o casi nadie, disfruta tanto de cosas tan pequeñas como yo. Reírme sola, encontrar un pensamiento justo. Todo me maravilla, las personas, lo que veo a través de mi ventana. Soy feliz arriba del colectivo mientras escucho mi canción preferida del momento con esos auriculares que le robé a Madre. Soy feliz mirando fotos, recreando momentos en mi cabeza e inventando otros tantos. Soy feliz con una llamada, con un mensaje. Con una amiga que me incluye en un plan. Soy feliz con tu ‘Hola’. El más pequeño signo me aleja de la soledad.

Tengo docenas de defectos, pero quiero decir esto: Cuando Amo, Amo de verdad. Y nadie jamás podrá Amar más que yo. Quizás mejor, pero nunca más.

Por eso y sólo por eso, apreciame cada día. Aprovechame. Tenéme en cuenta y pensá en mí, y dejámelo saber. Porque puedo asegurarte que como te aprecio yo, como pienso en vos, nadie más lo hizo ni lo hará.

Hablemos por horas de incoherencias, leé las estupideces que escribo. Porque en esas actividades carentes de sentido, está lo más puro de mí. Porque no me vas a conocer hasta no insistirme y convencerme de leer lo que escribía durante mis ataques. Porque cuando hasta el teléfono se está quedando dormido, digo cosas muy sinceras y te revelo, para vos, novedades.

Si no podés soportarlo, si soy demasiado loca para vos, no trates de cambiarme. Dejame, alejate. Y no te preocupes por lo que queda de mí atrás.

Por más débil que te parezca, hasta hoy sobreviví todas mis muertes.