Friday, December 4, 2015

Moco es amor.

Vos estás ahí y nos miramos y nos sonreímos porque hay personas con las que no puedo dejar de sonreír.
Te tengo miedo porque ya te sé. Ya te sentí fuerte y ya te escuché cerca y ya me mojaste con lágrima y moco. O, en realidad, no te sentí nunca y sólo fuiste mudo y seco. Fuiste demasiado mudo y seco, siempre.

¿Cómo a alguien tan ruidoso y mojado pueden atraerle espíritus tan mudos y tan secos?

"Vos sentís todo demasiado" me suspirás tranquilo mientras yo me desgarro gobiernos, me erizo derechos, me celebro juicios, me escupo la muerte, me visto ideologías, me arranco necedades, me desespero injusticias.

"Te importa todo demasiado" y yo te hablo mis preocupaciones del trabajo, mis inseguridades del ensayo, mis frustraciones en la música, mis deshaceres en la poesía, mi contradicción en las lógicas, mis perturbaciones en los sueños.

"Llorás demasiado" y yo atribuyo mi sal a las felicidades, a las sorpresas, a la muerte, a la salud, a mi país, a mi raza, a las demás, a las especies, al desencuentro, a todos los futuros imposibles, a la catarsis, a la vergüenza, a la incapacidad, al enojo, a la impotencia.

Muy de vez en cuando me llorás un sentimiento que no entendés. Te sentís ridículo, o lo escondes, o te convencés de que te hace bien. A mí se me llena la hipocondría emocional de tranquilidad, sos humano, pienso, estás, existís, acá, conmigo. Me querés, pienso. Porque si sentís, me querés.

No sé quien es el normal.
Cuando volvés a tu barrio, a tu manzana, a tu casa, yo ya no estoy más. Yo me quedé allá con el barullo, con las discusiones políticas, con las risas desmesuradas, con la voz ronca, con lágrimas y mocos pegados. Con los ojos hinchados donde se me juntan todas las cosas que no entiendo.
Vos seguís en silencio, en sequedad, en felicidad. Todas tus cosas lindas son mucho más lindas que las mías. No me necesitás, no te acordás, y no me tenés miedo.

Hasta algún momento en que otra vez, por casualidad cósmica o ley de atracción, por energía hippie espiritual, por azar, porque sí, porque es inevitable, se nos cruzan las miradas.
Vos estás ahí y nos miramos y nos sonreímos porque hay personas con las que no puedo dejar de sonreír.