Tuesday, May 26, 2009

Duda existencial.


Yo me pregunto, ¿Valdrá la pena levantarme mañana a las seis menos cuarto de la mañana, salir de la cama calentita, ir pegándome con los muebles escondidos en la oscuridad camino a la cocina, tomarme un café apurada mientras con la otra mano busco el pronóstico, sufrir ataques de hipotermia mientras me saco el pijama para poder ponerme las siete capas de abrigo que sé terminaré arrastrando al mediodía cuando la temperatura cambie radicalmente gracias a los 27 grados de amplitud térmica que "pronostica" el servicio meteorológico, darme cuenta de que olvidé cargar mi iPod, bancarme el saludo malhumorado del portero que ya no da más del sueño, caminarme las nueve cuadras hasta la parada del bondi respirando esa mezcla de vapor de agua congelado con el humo del pucho que se transformó en una necesidad innegable mientras camino, esperar veinte minutos al bendito 107 - que llegará sin dudas repleto de individuos deseosos de demostrar que les molesta despertarse a la mañana, empujando a diestra y siniestra, escuchando música a todo volumen con el celular, algunos incluso aparentemente orgullosos de no haber tocado una ducha en la última semana -, bajar por fin en ciudad (que si Dios así lo quizo algún profesor habrá venido en horario a dar su clase), intentar encontrar al menos un asiento vacío en las primeras 18 filas para así poder escuchar algo o llegar a leer los minúsculos escribejos desparramados por el pizarrón ya blanco (porque el presupuesto no alcanza para borradores), y TODO para pelear el sueño durante cinco horas de fórmulas, teoremas y demostraciones?

Está bien, voy a admitirlo. A medida que pasan los días me resulta mucho más fácil encontrar motivos para faltar a la maldita facultad y quedarme durmiendo hasta tarde, leyendo blogs, mirando la tele. Pero la verdad de la milanesa es que, una vez tomada la desición de que quiero dejar esta carrera (que de momento significaría simplemente dejar de cursar Análisis I dos veces por semana, ya que es todo lo que hago), me parece ridículo perder mi tiempo y paciencia todos los Lunes y Miércoles de 8 a 13 hs.

Aparte, sencillamente, todo esfuerzo que haga es en vano. Las últimas clases no pude resistir la tentación de dormir por un ratito mientras A.P., mi profesor, hablaba y hablaba de cosas que no llegaba a escuchar desde donde estaba sentada. Habiendo ya copiado los cuatro pizarrones cual autómata, decidí que no ganaba nada pasando por el sacrificio de luchar contra el sueño si de todos modos no tenía idea lo que se estaba diciendo.

Por eso, la última vez decidí sentarme en primera fila. Pensé que de esa forma no podía quedarme dormida porque 1) estaría muy atenta a la clase y 2) me daría vergüenza quedarme dormida en frente de A.P.

Pensé mal.

Cinco minutos despues soñaba apaciblemente con un campo lleno de flores y libertad y música. C., mi compañera, cada tanto me daba un codazo suave, y más tarde hizo algún comentario sobre la cara de A. con la impaciencia propia de profesor que no está siendo escuchado.

Como si fuera poco, me había olvidado de poner el celular en silencio, y como es debido (ya que mi vida es una eterna Ley de Murphy), tenía que ponerse a sonar exactamente el mismo día que me había quedado dormida en la primera fila. En la clase resonó alegremente la musiquita de la introducción de Sex and the City. Para ese momento, A. no podía creer que mi insolencia pudiera alcanzar otros niveles, por lo que miró a mi compañera con cara de ¡despertála YA y decile que apague eso!
Pero ¡Éso no es todo!. Mi subconciente, en pleno campo floral, comienza a percatarse de alguna alteración, entre codazos no tan suaves y una melodía polifónica que se le hace conocida. Distraída, como si estuviera siestando en mi cama y de pronto me sonara el celular, atiendo gritando un poco para sofocar la rasposa voz de dormida:

YO: -¡Amiga! ¿Cómo estás? ... ¿¡Qué!? ¿¡Te compraste las botas de R.S.!? ... ¡Qué genial amiga!

A.P. (Con una expresión de impaciencia y resignación nunca antes presenciada por el cuerpo estudiantil): -...Bueno chicos... hacemos un intervalo.... diez minutos... ¿les parece?

YO: - Bueno genial gordi. Sí, sí. Hablamos más tarde. - (De pronto entrando a la realidad, miro al costado. A C.) - ¿Qué pasó? ¿Porqué se levantan todos? ¿Que hora es?...

Por lo tanto, sinceramente, y a riesgo de sonar como holgazana, me parece que lo mejor tanto como para mí como para la salud mental de A.P. y sus alumnos sería que mañana me quedara en casa.

Monday, May 25, 2009

Letras.


Por fin, luego de ya varios meses de sufrir el sentimiento de fracaso y autoinsuficiencia, se aparece ante mí esa simple palabra en forma de epifanía.

Feliz con mi revelación, corro a comentarlo a quien sé le será más cercano.

Esperando anécdotas propias de "los mejores años" llenas de nostalgia y alegría, recibo frases del estilo de:
  • "Ese edificio es un cochinero."
  • "Ya no deben quedar ninguno de los buenos profesores..."
  • "Pobre salida laboral."
  • "Si lo que buscás es un poco de cultura general, quizás podrías probar historia del arte..." (Por lo cuál no sólo jamás demostré interés alguno, sino que poco se asemeja a mi descripción de "lo que buscaba"),
  • "Quizás en otra Universidad... Quizás un curso de Literatura en cambio."
E inolvidable, la ganadora al premio por Menor Grado de Sutileza:
  • "No sé. No creo que puedas triunfar en esto."

Pero ¡Ojo!, no planeo rendirme. Promesa, mañana mismo me meto a la página de la UBA para ver las materias.


(Y, sólo por si acaso, me compro la Guía de Estudiantes.)

Saturday, May 23, 2009

Historias de Bondi.

Originalmente escrito el 01/09/08


El otro día (ayer o antes de ayer) estaba en el bondi (107) yendo para la facu, y a mi lado venía sentada una viejita muuuuy viejita que miraba por la ventana asi como perdidamente. Cuestión que yo venía con mi iPod asique no le di mucha bola, pero cuando entramos a Ciudad Universitaria me toca el hombro y yo pongo PAUSA y la viejita me dice:

- "Señorita, ¿Sería tan amable de decirme en donde estamos?"

- "Estamos en Ciudad Universitaria, una de las sedes de la UBA, en el barrio de Nuñez", a lo que pregunta:

- "Ahhh, ¿Entonces seguimos adenrto de capital? ¿No estamos en provincia ya?

- "No, no señora" - (Pensando, que vieja perdida ajaj)

- "Ah.. claro lo que pasa es que yo estaba caminando, y de repente me dije: el primer colectivo que pase me lo tomo y hago todo el recorrido, asi paseo un poco por la ciudad, porque claro, imaginate que yo ya estoy vieja para caminar tanto, pero si no aprovecho a salir un poco ahora..." - Con mirada melancólica - "Cuando seas vieja me vas a entender..."

Entonces yo le explico que el recorrido termina acá, en el último pabellón, y que después si cruza la calle estan las paradas de todos los colectivos que salen de ciudad, incluyendo la del 107 (Se lo dije porque sentí que sino la pobre viejita se tomaba el 28 que sube por la autopista y vaya a saber uno donde terminaba!). Acto seguido, y con carita de contenta,

- "¡Muchas gracias! No sabés lo feo que es saber que uno tiene que hacer pronto todo lo que pueda, y que hay muchísimas cosas que uno nunca va a poder hacer. Yo tengo 84 años ya." - (Mi cara alberga sorpresa, porque la viejita tenia pinta de viejita pero no de TAN viejita) - "Y claro, estoy un poco preocupada. Igual espero que todavía me queden unos años, imaginate, mi mamita falleció cuando cumplía 92!" - (Mi cara de sorpresa aumento unos cuantos niveles).

Para ese entonces ya estábamos en el pabellón 3, y yo me tenía que bajar (Me salteé mi bajada porque la viejita me mantuvo distraída y despues tuve que correr hasta el pabellon 2), y como me había caído muy simpática, la saludé con un,

- "¡Chau señora! Que tenga un lindo paseo, si baja aca puede cruzar aca mismo para tomarse el 107 de vuelta."

- "¡Muchas gracias! ¡Y que suerte tenés de ser tan joven, y estudiar aca!.. ¡Que lindo, disfrutalo corazón!" - (Y me agarró los cachetes como hacen las viejitas).

Me paro para tocar el timbre y bajar, y le sonrío diciendo

- "¡Chau, suerte!"

Y justo un instante antes de que tocara el primer escalón del colectivo, apenas la escucho que me dice:

- "Ay nena nena... yo no me quiero morir..."

Y con esa frase me dejo pensando todo el día la viejita.

Friday, May 22, 2009

Un poco de mí.


Empezaría diciendo, Hola!, pero estaría no sólo pecando de falta de originalidad sino que también hay un problema psicológico en juego; me incomoda no saber a quién estoy saludando.

En realidad, seguramente será a mi hermanito (a quien les aseguro voy a obligar a leer esto), y quizás en un futuro a alguna otra persona con la que quiera compartir este nuevo Blog. Acaso también algún despistado que navegando inocentemente por La Internet se tope repentinamente con esta mismísima página, cual Titanic contra su Iceberg (Comparación dramática, lo sé, y no creo que jamás esta página pueda provocar a un individuo lo que el susodicho Iceberg provocó al Titanic. Si no me conocen, acostumbrensé, suelo ser dramática. O simplemente cliqueen la crucecita en la esquina superoior derecha que los liberará de esta sarta de trivialidades con las que están claramente perdiendo su tiempo).

En fin, Sr. Lector Misterioso (si puedo llamarlo así), permítame continuar con el hilo de la historia.

Mi hermano me impulsó sin darse cuenta a hacerme un Blog. Tengo que aceptar que sufro de una enfermedad que me hace casi involuntariamente pertenecer a cada clase de web diseñada para compartir un poco de uno con el mundo inventada aún. He creado (y todavía conservo) cuentas en Facebook, Fotolog, el de Terra que nose ni como se llamaba, Hi5, MySpace, y milloooones pero millooooones más. Es compulsivo.

Sin embargo, hasta ahora, nunca me habían interesado esta clase de Blogs. Sabía que los demás terminan por cansarme, porque se transforman rápidamente en una competencia de popularidad superficial, gana el más lindo, el que más amigos tiene, quien más comentarios recauda. Cuando lo único que yo en realidad buscaba era algún modo de expresión. Es todo lo que quiero, expresión. Y lo quiero por todos lados. Por eso dibujo cosas sin sentido, escribo canciones y cuentos y reflexiones sobre mi vida y mis sentimientos, tengo diarios y agendas y a veces hasta me grabo hablando. El problema es que sólo me expreso a la "nada". A un papel, a una guitarra, a un celular. No estoy diciendo que ésto vaya a ser diferente at all, para ser sincera no tengo idea. Pero lo que sí tengo, es la suerte de haber entrado al Blog de mi hermanito (que aunque ya tenga 16 años va a ser mi hermanito hasta mínimamente los 42 en donde comenzaré a aceptar su adultez) y leer las cosas que el escribió. Escribió libre y felizmente sobre su vida, sobre sus intereses, sobre la Religión y la Ciencia, y Carl Sagan, y (por alguna extraña razón) el Cuco. Temas que en mi familia suelen aparecer, como muchos otros. Porque en mi familia todo se transforma siempre en una conversación seria y aparentemente profunda sobre la Vida y el Universo y el Ché, lo cuál aunque a veces se torna pesado y terroríficamente sin-escapatoria, otras veces lo agradezco porque gracias a AÑOS de tener esta clase de charlas, mi mente merodea por pensamientos de cosas muy variadas casi instintivamente por horas y horas.

Mi idea principal para este Blog es hacer un gran collage. Collage de éstos pensamientos, de muchos de mis sentimientos, de reflexiones, de cuentos, de temas serios, de canciones, anécdotas y toda clase de cosas. Lo que surga al momento de escribir (¡Alabada seas, espontaneidad!). Y aunque nadie nunca jamás lo lea, o aunque a nadie le importe un quinoto sobre lo que escribo, incluso aunque los administradores de esta página me insulten y censoren, voy a intentarlo. Me parece interesante.

En fin, Sr. Lector Misterioso, quién quiera que seas, gracias por haber leído hasta acá (si es que ALGUIEN leyó hasta acá), y me veo con la obligación de advertiros que suelo explayarme, irme por las ramas, y transformar una breve entrada de Blog en un interminable y tedioso texto incomprensible. Sepa disculpar.

Ahora si, sin más (¡por ahora!) lo saludo.

PD: Cómo habrá notado, ahora que le dí la identidad de Sr. Lector Misterioso he logrado superar mi barrera psicológica y saludarlo sin problemas.