Wednesday, April 17, 2013

Manos.

Extraño sus manos grandes como si nunca las hubiera conocido.
A veces hay manos que parece que jamás te hubieran tocado. Incluso cuando se hayan acercado a tu cuerpo y hayan presionado tu piel, en realidad nunca alcanzaron el contacto verdadero.
Porque las manos reales, las que se sienten, son las que acarician, las que abrazan, las que corren el pelo de la cara y peinan las cejas. Esas son las manos verdaderas.
Las otras son pedazos de individuos, que palpan, que hacen al sentido del tacto, pero que no crean una nueva vida del milagro del estar con otro cuerpo en un mismo momento, en un mismo lugar.

Extraño sus manos grandes y me gustaría alguna vez haberlas conocido.
Hubiera preferido llorar para que las manos secaran mis lágrimas, hubiera preferido gritar para que las manos taparan mi boca. 

Ahora pienso que si esas manos estuvieran conmigo, ahora, no las dejaría ir jamás. Que frenaría todo para mirarlas, para tenerlas fuertes, para aprovechar cada instante del contacto con esas manos. Que las apretaría y me las pasaría por el cuerpo, todo, y las escondería abajo de mi almohada. 
Pero es probable, me pongo a pensar, que de tener esas manos conmigo ahora, las dejara actuar y repetir, contenta al menos de poder presenciar sus actos.

Por el miedo a que escapen, no me atrevería a retenerlas.
Por el miedo a perderlas, las dejaría escapar. 

No comments: