Thursday, March 15, 2012

Conocer.

Cuando una persona te enseña algo, está regalándote ese algo para siempre. Lo enseñado es un tatuaje que se lleva aún más allá de la piel. Su diseño se conforma de palabras pensadas, o incluso quizás al pasar, que hacen las veces de aguja.

Algo nuevo se me mete en las venas. Algo nuevo despierta una neurona perdida que a su vez avisa a sus hermanas. Juntas todas pretenden asociar ese novedoso conocimiento. Y me remiten a momentos. Me recuerdan palabras. Me hacen sentir cosas. Nuevas. Viejas. Tantas.

Si me dan un regalo inesperado, me sorprende la facilidad con que mi cuerpo lo recibe. Como si mi espíritu se alimentara de datos, personas, canciones, mundos. Se abren a la vez infinitas preguntas, se pelean por ser respondidas, por escapárseme por la boca. Y tengo que guardar tantas...
¡Cómo quisiera escupir cada cosa, hasta quedarme vacía, sin ninguna! ¡Qué increíble sería poder mirar a una persona a los ojos, y automáticamente conocerla, conocer lo que ella conoce!

El mejor regalo es el que te dan sin darse cuenta. Esos momentos en que una persona te habla con total naturalidad de aquello que le resulta cotidiano, y que a vos se te presenta como un universo inexplorado. Cosas que ni siquiera sabías que no sabías. Y eso me hace dudar, si realmente el otro es persona. Si yo soy persona.
¿Seremos una nube de pensamientos, de caprichos, de enfermedades, de cosquillas? ¿Seremos las infinitas partes de una comunicación imposible? ¿Seremos iguales, diferentes, sufriremos de la misma manera aunque no sepamos las mismas cosas?

Saber es amar. Enseñar. Regalar un pedacito de uno. Todos los días lo recibimos. De Padres, Amigos, Vecinos, Desconocidos. Todos los días, alguien nos muestra algo que de alguna manera nos cambia la vida. Esas sos las pequeñas porciones de mi existencia que me gustaría conservar.

Porque me gusta pensar, que no importa qué, ni quién, ni cuándo. Que estoy hecha de miles y miles de pedacitos de otras personas.

Porque me gusta pensar, que todo lo que me enseñan me aleja de la soledad.

No comments: